Cuando solo algo absurdo basta

Cansada, desbordada, falta de inspiración… así me encuentro en este martes que para mi es lunes. He pasado un fin de semana de cuatro días en España, de visita de Oxford: cenas a medianoche con amigos, comidas variadas con la familia, planes varios urdidos frente a una taza de café (algunos más locos que otros). Buenos momentos pero mucha prisa, mucho viaje, mucho estrés. Estos cuatro días que me han dejado agotada y completamente seca, mi cerebro parece colapsado. Semillas de pensamiento que no llegan a serlo dan vueltas, vueltas y más vueltas en mi cabeza. Intento parar, escucharlos con cuidado, seguir su línea de razonamiento, pero no puedo. Se me escapan y no hay nada que hacer.
En días así, solo algo absurdo y divertido como paraguas amarillos en un árbol me hace sentir mejor.

El balón rojo

Hacía tiempo que tenía ganas de ver esta película y, por fin me animé a verla en You tube el otro día. Son solo 30 minutos y aquí os la pongo entera. Yo la veo como un cuento, los sueños de un niño solitario y la lucha contra los que quieren arruinarle su mundo de fantasía. En algunas críticas he leído que se trata de una apología del cristianismo y del capitalismo. Entiendo que la película es de los años 50, en pleno apogeo de la Guerra Fría, pero la verdad, no lo veo. O no quiero verlo. ¿Que opináis vosotros?

¡De vacaciones!

¡Me voy de vacaciones! Hemos decidido juntar los días de Semana Santa (aquí es fiesta hoy viernes y el lunes) con cuatro días de vacaciones, y nos vamos a la Región de los lagos, al norte de Inglaterra. Llevo 8 años aquí, pero todavía no he visitado esta zona, que muchos consideran la más bonita del país.
Me apetece caminar, admirar los paisajes, y visitar pueblecitos. Espero que esos pueblecitos tengan teterías, para poder tomar el tradicional té inglés, porque es donde mejor lo hacen, en pequeños pueblecitos. Esta merienda tradicional, que consiste principalmente en té (claro), pequeños sandwiches de pepino y salmón y bollitos con crema es, sin duda, una de las mejores cosas de mi país adoptado. La verdad es que yo lo tomo con café, no con té, al fin y al cabo, no soy inglesa.


Además me llevo este libro, que me apetece volver a leer, La historia del amor.

¡Nos vemos la semana que viene!

Ella

Le gusta el color rosa, el mar y pasear en bicicleta. Pero a veces, prefiere el amarillo, la ciudad e ir en tren. No cree en los horóscopos, pero es una verdadera Géminis. Más que dos, tiene múltiples personalidades.
Disfruta de una buena conversación con sus amigos, pero a veces, solo quiere estar sola. O con un libro.
Considera que sus libros son sus amigos. ¨No todo está en los libros¨ le dijo una buena amiga una vez. Pero ella acabó convenciéndola de que estaba equivocada. Claro que todo está en los libros.
Empieza a descubrir que los amigos de verdad son difíciles de encontrar, pero sigue encontrando buenos amigos en aquellos que conoce hace tiempo.
Le encanta ir al cine, no importa la película. La gran pantalla, compartir la experiencia con muchos otros, salir de la sala y comentar la película. No tiene televisión, pero pasa demasiado tiempo en el ordenador. Le gusta escribir, pero siempre encuentra excusas para no hacerlo.
A veces, le gustaría vivir en una casa en el campo, apartada del mundanal ruido. Otras, sueña con vivir en Nueva York y nunca parar de descubrir, ver, conocer.
Su casa está en Oxford, pero su pasado y su futuro están en Salamanca. Vive entre dos mundos, cercanos pero diferentes. En España, le dicen que es muy inglesa. En Inglaterra, que se le nota que es española. Le gusta viajar pero está aburrida de aviones. Ahora mismo le gustaría volver a Buenos Aires, y pasear por Palermo.
Bailar danza del vientre le hace sentirse mejor. Tomar café por la mañana le hace sentirse mejor. Una sorpresa, el sol entre las nubes, pasear por el parque. Le hacen sentirse mejor.
Es hipocondriaca, consigo misma y aquellos que quiere. Se preocupa, por todo, todo el tiempo. No sabe por qué es cómo es. Pero está intentando descubrirlo.
Pronto tendrá 30. No se siente vieja, pero empieza a sentir el paso del tiempo. Es hora de tomar decisiones. O de dejar que la vida decida.

-----

Ella, claro, soy yo. Hablar de ti mismo en tercera persona es muy liberador. Si os apetece hacer lo mismo, poner el texto en vuestro blog, y dejadme un link para que lo vea. Ya veréis que es muy interesante.