jueves, 27 de noviembre de 2008

El lenguaje

Leo que etnicidad proviene de la palabra griega “ethnos” que nada tiene que ver con aspectos raciales, sino con el lenguaje. Es decir, que nuestra identidad está más relacionada con el lenguaje que hablan o hablaban nuestras familias que con nuestra raza. Por supuesto, tiene mucho más sentido. Y es que el lenguaje que hablamos cambia nuestra percepción de las cosas, nuestra visión de la realidad y, por tanto, aspectos de nuestra personalidad.

Más alla del mito de que los esquimales tienen 100 palabras para designar la nieve, recuerdo algo que me contaba una amiga escocesa que vivió mucho tiempo en Sevilla. Me decía riendo que en español no hay palabra para “understatement”. El diccionario lo define como eufemismo o subestimación, pero no es exactamente ninguna de las dos cosas. Y es que el "understatement" es una cosa muy inglesa, porque a ellos lo que les parece polite es bajar un poco del tono, sobre todo al hablar de sus propios éxitos. A los españoles, en cambio, pues nos va más la exageración (con todas las salvedades y excepciones que siempre hay que hacer cuando se habla de tópicos). Sobre todo cuando se trata de hablar de nuestros propios éxitos, claro.

Pocas veces nos damos cuenta de cómo nos afecta el lenguage. De cómo determina la manera en que vemos el mundo. Pero para aquellos que son bilingues o que utilizan dos lenguajes en su vida diaria, sí se hace aparente cómo su estilo de hablar, sus expresiones, incluso sus gestos cambian en función del lenguaje que estén usando. A mí no para de sorprenderme cómo cambia mi expresion escrita y mi manera de hablar cuando cambio de inglés a español (o viceversa). Es el poder del lenguaje. Nuestra identidad, o parte de ella.

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