Todo sigue igual

Ha sido una semana rara. De vuelta a Oxford, que vuelve a ser mi casa, de vuelta al trabajo, de vuelta a la rutina. Después de más de un año fuera, estoy de vuelta, y me doy cuenta de que las cosas no han cambiado. O sí, pero solo un poco. Nuevos restaurantes, nuevas tiendas que aparecen donde antes había restaurantes y tiendas... Todo sigue igual.
En la oficina, han pintado las paredes de colores, las habitaciones para las reuniones, que antes tenían nombre numéricos, ahora tienen nombres de colores. La reunión no es en la 305, sino en la Blue Room. Todo sigue igual.
Y, sin embargo, todo es diferente. Lo que antes era importante, lo suficientemente importante como para provocarnos estrés, ya no lo es. Al menos por el momento. Lo que hace un año pasábamos por alto, ahora no se nos escapa. Ojalá que todo siga igual... pero diferente. Hasta que decidamos volver a cambiar de vida, y todo sea diferente... pero todo siga igual.